viernes, 15 de abril de 2011

¿Es Alemania la pagana en esta crisis? José María Zufiaur

Artículo de José María Zufiaur, en La Factoría.

Está muy extendida entre la población alemana, según dicen quienes conocen bien aquel país, la idea de que Alemania es quien ha pagado el despegue –mediante los fondos estructurales– y quien también va a tener que pagar los despilfarros cometidos por esos países periféricos y manirrotos de la zona euro y, quien sabe si también en el futuro de otros como Italia o Bélgica. Esta es una creencia también bastante arraigada en los pocos alemanes con los que uno trata, aunque no en todos. Una convicción, por otra parte, que está extendida por todo el espectro político teutón, si bien creo que de manera desigual.
Lo más llamativo es que tal creencia tiene también un poderoso arraigo entre muchos no sólo no alemanes sino nacionales de los países a los que la UE, dominada por Alemania, está imponiendo una política de austeridad, de empobrecimiento y de retroceso social que nada tiene que envidar a la que durante décadas ha impuesto el Fondo Monetario Internacional a los países en desarrollo, siguiendo los postulados del “Consenso de Washington”.

miércoles, 13 de abril de 2011

Crece el paro..... y las horas extras.

El paro crece.  En los años que llevamos de crisis, el PIB, el total de la riqueza que se crea cada año, no ha sufrido una disminución, ni de lejos, proporcional a la disminución de las personas ocupadas.. Con dos millones y medio más de parados,   se sigue generando prácticamente igual de riqueza que antes de la crisis. Aunque no se crezca. Eso lo que llaman un aumento de la productividad.  Entre muchos  menos, hacemos  lo mismo; teóricamente cada uno de los que estamos trabajando, hemos aumentando nuestro ritmo de trabajo, además de rebajar nuestros sueldos.
Per la explicación no está en los sueldos.  Ni muchísimo menos. El caso es que la economía sumergida no deja de crecer. Y no se puede hablar tan solo, ni fundamentalmente, de el parado que cobrando la prestación hace alguna chapuza para complementar la miseria que le pagan. No, también estamos hablando del alargamiento de jornada que se está produciendo en las empresas. La pregunta es cuantas horas de menos se estan realmente trabajando, quien las trabaja y en que condiciones.
¿Es agluien capaz de realizar un estudio sobre la cantidad de horas extras que se están haciendo, y como han evolucionado a lo largo de la crisis? .¿ Sorprendería a muchos comproblar el hecho de que haya empresas en las que se estén trabajando jornadas de 10 o 12 horas diarias, mientras casi 5 millones de personas no pueden acceder a un empleo?. ¿Qué reforma sería  necesaria para que muchas empresas dejara de actuar  de forma fraudulenta, buscando la rentabilidad sumergiendo su economía a base de potenciar las horas extras,  porque estas les sale más rentable, porque el precio en cómputo puede salirle más barata que una hora ordinaria, porque se pueden fácilmente camuflar en gastos de viaje o dietaqss , o simplemente no declararlas?  ¿Qué reforma sería precisa para que los trabajadores no caigamos en esa miserable dinámica, que nos da pan para hoy y hambre para mañana? ¿Va a solucionar todo esto la reforma del mercado laboral? ¿Lo va a hacer la reforma de la negociación colectiva? ¿La de las cajas de ahorros? ¿A que están esperando los sindicatos para poner este problema encima de la mesa, en vez de echar balones fuera, hablando de economía sumergida como si eso no fuera con ellos, con los delegados y delegadas en las empresas que están viendo y consintiendo, cuando no practicando, esa perversa práctica de las horas “extraordinarias” de cada día?
A veces da la impresión, de que los sindicatos, los trabajadores organizados, con todas sus propuestas y movilizaciones bienintencionadas, estuvieran echando agua en una cesta, con mucho afán y  honradez, no tengo casi ninguna duda, pero el agua se va tan rápido como se echa. Cierto es que no es fácil, que los compañeros en el tajo tienen hipotecas que pagar y bocas que alimentar. Que vivimos en una sociedad que cultiva  ferozmente el individualismo y que eso dificulta las propuestas de acción colectiva.
 Pero en algún momento habrá que empezar a plantearse, que el problema no es tanto de cómo crece cada año la cantidad de riqueza que se genera (PIB), sino de cómo se reparte, como se garantiza el acceso a la misma para toda la población. Y eso vale también a escala mundial. Lo mismo es mejor no darse tantos golpes en el pecho y afrontar la situación con un poco más de seriedad y determinación, diciendo las cosas claritas, aunque sea dificil hablar de solidaridad y de que la solución a los salarios miserables no son las horas extras, haciendo cada día más, sino luchar por mejorar y disputarselo al empresario, en la empresa, en la calle y en la leyes. Porque no hay solución si no cambia el orden de las cosas. Porque no hay soluciones globales desde el punto de vista individual . Esto es difícil de explicar en los tiempos que corren. Pero nunca ha sido fácil.

sábado, 9 de abril de 2011

Libia, lo justo y lo injusto

Por Ignacio Ramonet en Le Monde  Diplomatique

Todos los pueblos del mundo
que han lidiado por la libertad
han exterminado al fin a sus tiranos."
Simón Bolívar




Los insurgentes libios merecen la ayuda de todos los demócratas. El coronel Gadafi es indefendible. La coalición internacional que lo ataca carece de credibilidad. No se construye una democracia con bombas extranjeras. Por ser en parte contradictorias, estas cuatro evidencias nutren cierto malestar, en particular en el seno de las izquierdas, con respecto a la operación Amanecer de la Odisea comenzada el pasado 19 de marzo.
La insurrección de las sociedades árabes constituye el mayor acontecimiento político internacional desde el derrumbe, en Europa, del socialismo autoritario de Estado en 1989. La caída del muro del Miedo en las autocracias árabes es el equivalente contemporáneo de la caída del muro de Berlín. Un auténtico terremoto mundial. Por producirse en el área de mayores reservas de hidrocarburos del planeta, y en el epicentro del "foco perturbador" del mundo (ese "arco de todas las crisis" que va de Pakistán al Sahara Occidental, pasando por Irán, Afganistán, Irak, Líbano, Palestina, Somalia, Sudán, Darfur y Sahel), su onda de expansión modifica toda la geopolítica internacional.

viernes, 8 de abril de 2011

Sindicalismo de clase y corporativismo.



Los sindicatos están para defender los intereses de los trabajadores. Los sindicatos con visión global, los de clase, para defender los intereses globales, los de todos. El problema surge cuando los intereses concretos de los trabajadores de un sector chocan con los del resto.  Y lo jodido es cuando los primeros, con fuerza corporativa, imponen sus criterios al resto. Así sufrimos lo de los controladores, lo de los maquinistas de tren, lo de los pilotos de avión, médicos,  y un etcétera de profesiones, con alto poder coactivo por su situación clave en los sectores productivos o en la sociedad, que acaban imponiendo sus reivindicaciones sin demasiado esfuerzo, ni pérdida en jornadas de huelga para sus nóminas, y a costa del total de contribuyentes, trabajadores menos privilegiados que ellos.

Mirando de reojo.


Se destruyen empresas, pero los beneficios empresariales crecen mucho más que los salarios. Las altas tasas de desempleo nos deja helados. El nivel de confianza de los ciudadanos en los partidos políticos, sindicatos, organizaciones  e instituciones  que configuran el sistema democrático, está por los suelos. La corrupción atraviesa todo. Y a todos, injustamente, pone bajo sospecha. Los bancos y cajas tienen dificultades (pero no los banqueros y los gestores). El mundo está en guerra. A los dictadores corruptos de los países les encorren los ciudadanos por las calles. La democracia financiera y especulativa se apresta a ayudar a los pueblos (no vaya a ser que se emancipen de verdad), pero tan sólo ahí donde consideran oportuno, por inconfesables intereses geoestratégicos, control de la energía…La crisis económica sigue galopando fuerte en occidente. Europa implementa planes de austeridad (la rebelión más eficiente contra ellos ha sido la de los eurodiputados en contra de la austeridad propia) . Uno no puede dejar de mirar de reojo a la calle, intuyendo un descontento creciente y profundo, a ver por donde puede acabar estallando todo esto.