martes, 8 de noviembre de 2011

Que temporadita.

Mucho tiempo sin asomarme por esta ventana. Y eso que el verano ha dado mucho de si. Tanto que ha dejado en evidencia cualquier pretensión de recuperación económica. Tanto, que ha dejado, sobre todo,  en evidencia,  los imperdonables errores en los que han incurrido los que dirigen las políticas en Europa, ya no se sabe si eso etéreo y cuasi metafísico a lo que todo el mundo llamamos mercados, o los intereses de dos países de la Unión Europea – Alemania y Francia -  y su empeño en construirse escudos para no pagar un precio alto por la recuperación económico de los demás. Grecia en bancarrota, pringando al sistema financiero europeo, los bancos y cajas españolas apenas pueden disimular las enormes dificultades generadas por sus aventuras inmoviliarias ( ¡que sólido era nuestro sistema bancario!), Italia y España a un pasito de ser intervenidas. Un verano de susto. Y el otoño, sigue y suma.

He releído la  última entrada, en la que manifestaba mi desacuerdo con hacer leña de Zapatero, un árbol caído. Presidente todavía, en funciones, las hormigas del bosque ya lo han hecho desaparecer y tan solo queda de el una imagen fantasmagórica, que nos trae la tele de vez en cuando, casi una caricatura paseando, escasamente,  por la virtualidad mediática, reivindicándose vergonzantemente. No sabemos lo que se dirá de él pasados unos años. Sus predecesores navegan por ahí envueltos en un aura mítica y cada tontería que dicen, y a mi me parece que dicen más de una, es atendida y celebrada por una orilla o por la otra ( ¡ay Don Julio y sus orillas!) como revelaciones proféticas, a pesar de que ambos acabaron sus mandatos bastante desprestigiados. El tiempo parece suavizar los perfiles y las críticas aunque sea a base de olvidos. Así que es posible que veamos a Zapatero en las mismas no pasando mucho tiempo.
Y ahora Rubalcaba recoge el testigo PSOE como si todo el fiasco de las políticas económicas de los últimos dos años  no fuera con el. Porque a las mejoras habidas en ampliación de derechos de ciudadanía, que las ha habido, si que se apunta. La verdad es que valentía torera y endurecimiento facial si que requiere para lidiar en esta. Y vuelven en su apoyo los viejos roqueros, espectros, del pasado socialista. La generación ZP borrada del mapa. Pobre hombre, Rubalcaba, Alfredo para los amigos, esforzándose en ser convincente para explicarnos que hay que hacer lo contrario de lo que ha hecho, intentado criticar el programa electoral del PP por decir lo que ellos, psocialistas, han practicado con esmero antes; recortes y más recortes.

Una buena noticia en estos meses de ausencia. La otra izquierda, a trancas y barrancas, ha ido cosiendo acuerdos electorales que pueden permitir un castigo a las políticas vigentes, sin tener que recurrir al llamado voto útil para evitar males peores, y permitiendo una expresión política con posibilidades en algunas circunscripciones  en las que por separado era realmente difícil conseguir representación parlamentaria.

Bienvenidos los acuerdos. Merecen nuestro apoyo y nuestro voto.