jueves, 3 de febrero de 2011

Cosas que pasan en este país.

La Merkel en España. Felicitando al gobierno de Zapatero por ir por el buen camino. Botín diciendo que las cosas van a ir mejor porque se están tomando medidas. Y todos, tan felices, nos lo creemos. Nos lo hemos creído ya antes, a juzgar por el mejorable grado de intensidad de las movilizaciones de este país. Y aquí no cabe echarle culpa a los sindicatos, que estos no han dejado de convocar y de movilizar a sus activos sindicales. Así son las cosas. Ni una sola de las medidas adoptadas por el gobierno, son objetivamente suficientes, ni siquiera necesarias, para superar la crisis. ¿Alguien podría explicar en que contribuye a la economía y el empleo despedir más barato?. ¿De verdad la supervivencia de una empresa depende de esto? A la Sra. Merkel y al Sr. Botín les gustan las sociedades con menos protección, con menos derechos, con más posibilidades para enriquecer más a los más ricos, empobreciendo más a los más pobres. No es casual, ellos son de los primeros, los representan y defienden sus intereses. Nada de lo hecho por Zapatero en el último año favorece realmente la economía. Son tan solo gestos de sumisión a los tan mentados mercados. Presión, amenazas, chantaje, intervenciones para encarecer la deuda del estado, vueltas de tuerca a todo lo que huela a protección a la gente normal. Agresión al estado de bienestar, ahora las pensiones agarrando de los genitales a los sindicatos, sabiendo de sus limitaciones y poniéndolos contra las cuerdas….. Todo va bien. El PSOE se hunde.  Nadie recupera a la izquierda lo suficiente para generar una alternativa de gobierno decente y creíble. Una izquierda se rinde sin condiciones, por mantener la silla, la corbata y el coche oficial.
Y otra con juegos florares y a menudo con unos mensajes que no entiende ni dios y que tan solo contentan a aquellos sectores que ocupan más su energía en emprender carreras dialécticas para ser más rojos que nadie, eso si, casi siempre de boquilla y a veces de estética. Cuesta poco ser radicalillo de paseo, un palestino y una camiseta del Ché te lo apaña.  Y si de paso le das collejas a la “burocracia” sindical (pero no a la suya, a la de otros)  quedas como dios y te vas tranquilo a dormir. Vamos, cosas de casi siempre. Mientras, la  ciudadanía tocando el violón, poniéndose de perfil y echando la culpa a lo que pillan más cerca…… al concejal de su pueblo, al alcalde de su barrio, al delegado sindical de su empresa, al cura de la parroquia, al de la ventanilla del banco….Algunos, además de forrarse, se deben estar descojonando de la risa y derritiéndose de placer. Y si, yo también hubiera firmado el acuerdo de pensiones. Al menos los sindicatos han sabido limitar una agresion muy muy fuerte.

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