miércoles, 8 de diciembre de 2010

Esto del Wikileaks y la libertad.

Esto del Wikileaks tiene su punto.Resulta alentador que un grupo de gente, manejando bien las tecnologias de la información, con la complicidad de peridistas de investigación y aprovechando las rendijas que tiene toda institucion (también las personas), pueda sacar tanta información molesta para los estados. Permite alguna esperanza el constatar tanta expectativa generada en todo el globo y tantas voluntades que claman por una mayor claridad en la política. En las nacional, pero también y de forma especial, en las internacional.

Lo cierto es que casi ninguna de las informaciones que está saliendo en las notas de las embajadas nos causa demasiada sorpresa. Ni tampoco parece que sea letal ni ponga en serio de jaque a nadie. Mucho comentario y sensaciones, que en su mayor parte a lo que más llega es a  causar molestias. Aunque es cierto que  nadie le gusta que le dibujen sus mezquindades o que se publiquen valoraciones positivas y que resalten aspectos no demasiado bonitas de uno mismo. Hay toneladas de vanidad desparramada por ahí.

Pero mientras, algunos alentamos la esperanza de que se desvele  algo sensacional, que sea un boom y que ponga en solfa los pilares que soportan tanta porquería.
Mientras nos conformamos con esos comentarios que van avalando algo que de hecho intuimos; que el mundo de la política (más la internacional) está muy apegada a intereses personales, empresariales, de grupo o de estado y que no parecen tener en cuenta los intereses de los pueblos o de los pobladores de este planeta.

Weakileaks nos dibuja a una clase política internacional muy dominda por la parte oscura de la naturaleza humana. Si no fuera por la transcendencia para los ciudadanos del globo que sus decisiones tienen, diría que a veces dan incluso una imagen enternecedoramente pueril (de niño malo, eso si).
En definitiva casi nada sorprendente.Pero les jode.
 Parece que les resulta realmente molesto quedar en entredicho con algunas de sus pequeñeces y miserias a la vista, tanto como hacer lo posible para acallar esa bocanada de aire fresco que nos hace generar ilusión. Y no parece que vayan a reparar en medios. Se permiten el lujo de llegar a las amenazas de muerte. Cómo no van articular comedias con ingredientes sexuales (sin demasiado morbo, la verdad) al objeto de desprestigiar a la cara visible de todo este lío. Vamos a ver si las redes tejidas resisten. Si la información sigue fluyendo. Esto obligará a los gobiernos a ser mas cautos, a tener más cuidado en sus confidencias y propuestas y a investigar un poco más en como bloquear la Red o en fabricar "vacunas" que pongan en tela de juicio las informaciones libres. Pero dudo mucho que vaya a haber transformaciones en profundidad que den a la poítica una dimensión más ética.

Por ahora nos queda la ilusión de que la libertad, aunque se limite a la información, gane una batalla. Apostemos por ello.

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